A medida que el proyecto del Stansted Airport estaba a punto de completarse, Small comenzó a trabajar en diseños para los componentes interiores del edificio. Con experiencia en diseño industrial y de muebles, rápidamente se dio cuenta de que esto era algo en lo que quería enfocarse, y recordando cuando Small planteó esto con Norman Foster, este último alentó su interés.

Small refleja que nunca se había encontrado con el “rigor” con el que la organización del estudio aborda los proyectos. La experiencia de colaborar con el equipo de Stansted, creando un edificio a partir de un kit de piezas ensambladas en el sitio, resultaría “fantástica” para Small. Señala que esto fue aún más significativo ya que el proyecto representó “una indicación para los aeropuertos venideros”.

Al trabajar directamente con Norman Foster, Small reconoce que tuvo “mucha suerte”; sobre todo porque ambos colegas compartían sentido del humor. La capacidad de identificar inmediatamente los aspectos inciertos de un diseño y discutirlos con un conocimiento profundo de los procesos involucrados, indicó para Small “los signos de un buen diseñador”.