Al recordar sus impresiones sobre la oficina de Fitzroy Street, Sexton señala que, a pesar de su evidente expansión, la notable atención al detalle, la energía y la clara preocupación por los proyectos siguen siendo las mismas. Al principio, cuando trabajaba como consultor de iluminación, Sexton estaba, y sigue estando, impresionado por la meticulosa atención de Norman Foster y su comprensión de las facetas de proyectos simultáneos: “es un genio», admite Sexton.  


Como observador, a Sexton le interesó mucho ver la «relación especial» entre clientes y arquitecto, lo que sustentó el éxito del Centro Sainsbury. Le sorprendió observar la «dinámica y la energía» de aquella colaboración, que se mantuvo sólida en los múltiples aspectos del proyecto.


Con experiencia en el diseño de la iluminación para el arte, Sexton se incorporó al equipo mientras la construcción estaba en marcha. Esto resultó ser «una oportunidad única» para trabajar estrechamente con el cliente y el equipo de arquitectos, y así comprender su visión del edificio.


Sexton explica que Norman Foster tiene un profundo interés en la iluminación y que maneja la luz como un componente integral de su arquitectura.