Matthew Foreman se incorporó a Foster + Partners en 1998. Había estado trabajando vendiendo libros de arquitectura a la empresa y, fascinado por la cantidad de libros que debían tener, solicitó un puesto en la compañía, poco después, se convirtió en asistente audiovisual de la firma.

Su primer año recopiló diapositivas para presentaciones, lo que le permitió conocer los proyectos de la empresa. Después de eso, comenzó a investigar los archivos del departamento de audiovisuales y encontró muchas cajas de diarios y revistas de arquitectura, por lo que sugirió convertir esa colección en una biblioteca. A veces, el equipo de diseño lo utiliza como fuente de inspiración.

Para él, trabajar con Norman Foster ‘es muy gratificante, está interesado en lo que podría hacer en el futuro y puede ver en las personas un potencial que no siempre ven ellos mismos’.