El gobierno de Nigeria ha reconocido recientemente que el país tiene el número de niños sin escolarización más alto del mundo. Se dice que suman un total de 10,5 millones, debido a múltiples factores, pero fundamentalmente por una falta de capacidad de satisfacer la alta demanda de aulas en una nación con un alto crecimiento.

Partiendo de un nuevo deseo político de aumentar los fondos y la inversión en educación, la Norman Foster Foundation, en colaboración con Wole Osinupebi y socios nigerianos, propone desarrollar, en una localización cuidadosamente seleccionada, un programa experimental cuyo principal objetivo sea la creación de un modelo que tenga la capacidad de satisfacer la necesidad de construir escuelas locales  por todo el país y de forma rápida, un uso innovador de materiales locales y tecnología libres de la falta de infraestructura que atormenta al país.