Roberts conoció la obra de Norman Foster en el Museo Británico de Londres. Asombrado por el Great Court, pensó que sería maravilloso trabajar con Norman Foster algún día en el futuro. Su primer encuentro tuvo lugar durante el concurso para el Technology Center. Roberts quedó inmediatamente impresionado por el profundo compromiso que mostraba Norman Foster, y le preguntó si dirigiría personalmente el proyecto.


Roberts recuerda que Norman Foster se comprometió a ello, alegando que nadie había propuesto crear un centro tecnológico vertical en el centro de una gran ciudad de la costa este como Filadelfia. El proyecto reunía dos de los intereses de Norman Foster: el impacto de la tecnología en la sociedad humana y el futuro de las ciudades. A medida que el proyecto evolucionaba, Roberts estaba «asombrado» por la cantidad de tiempo que Norman Foster le dedicaba.  


Cuando el plan tuvo que ser revisado por completo, Roberts relata un «momento duro» en el que se desenamoró del proyecto. Tras un breve respiro, Norman Foster le envió un boceto de un edificio radicalmente distinto. Comprometido con un nuevo enfoque del diseño, el boceto anticipaba el Technology Center como finalmente se realizó.